A veces siento que todo es lo mismo, día tras día
siento que las cosas suceden y nada cambia, siento que no importa cuántas veces
cambie de lugar todo parece igual que nada cambiara. Algunas veces quiero que
las cosas sean diferentes, no lo sé, que algo nuevo pase, algo emocionante,
algo que me sorprenda o que por lo menos pueda sentir esa adrenalina que
necesito, tal vez una especie de… Milagro.
-¿Duermes?- Preguntó mi padre.
-Ojala.
- Intenta dormir, mañana debes ir a la escuela.
Cerró la puerta y se fue; otro día de escuela,
creo que ya no siento esos nervios de primer día o de ser la alumna nueva de
tanto mudarnos, de tanto pasar por esta experiencia ya todo me parece normal y
rutinario, estoy cansada de todo eso, simplemente desearía que mi madre estuviera
aquí al menos no me sentiría tan sola.
-Voy a la escuela.
-¿No vas a desayunar?
-No tengo hambre-Dije y cerré la puerta.
Todos en el auto bus hablaban, algunas chicas
hablaban de ropa, zapatos y maquillaje (típico), otros de drogas, otros de sexo
y por supuesto no faltaba el tonto que decía lo primero que le llegaba a la
cabeza.
Llegué a la primera clase, matemáticas genial.
-Buenos días alumnos-Dijo el maestro-Quiero
presentarles a su nueva compañera de clases.
-Hola, me llamo Haley Jones y vengo de Detroit,
Estados Unidos.
-Wow no sabía que los americanos podían decir bien
una oración-Dijo una chica sentaba al fondo del salón.
-Cassandra silencio!- Le regaño el maestro.
Genial, primer día y ya soy blanco de burla ¿acaso
este día podría ser peor? Bueno creo que no, solo es la primera clase no debo
ser tan pesimista.
Toda la mañana transcurrió normal, aparte de la
clase de matemáticas las demás clases estuvieron bien, con decir que empecé a
adaptarme; en el almuerzo preferí sentarme sola, ya que el hecho de que me
empiece a adaptar a esta escuela no quiere decir que deba hacer amigos.
-Hola soy Robert- Dijo un chico-¿Cómo te llamas?-Supuse
que no dejaría de hablar así que le contesté.
-Haley-Dije.
-¿Eres de Londres?
-No, soy de Estados Unidos.
-Mmmm…Eres de ¿Nueva York?
-Detroit, del estado de Michigan.
- Interesante.
Estuvimos hablando en todo el almuerzo, bueno, el
estaba hablando yo soy hacia ‘’aja’’, ‘’si’’, ‘’wow’’ en algunas partes de la conversación.
Por fin en casa, pensé en cuanto entré a mi habitación,
me acosté en mi cama y sentí algo extraño como si alguien me estuviera
observando, me dirigí hacia la ventana y pude notar una figura en la calle, no
pude distinguir si era hombre o era mujer.
-Haley-Era mi padre-¿Cómo te fue en la escuela?
-Ahh… Bien.
-¿Solo bien?, ¿No hiciste algún amigo? ¿No te paso
algo bueno?
-Papá ¿qué cosa buena puede pasar?, esta es la
quinta vez que nos mudamos y lo mejor es que esta vez no fue de ciudad sino que
fue de país.
-Pero ¿qué puedo hacer?, es mi trabajo, hija se
que las cosas son difíciles y que no es bueno que siempre que haces amigos
tengamos que irnos pero créeme que no tengo a nadie con quien dejarte y sería
muy doloroso para mí no poder verte por meses o incluso años. Por favor trata
de…
-Comprender, lo sé, siempre dices eso pero es que
todo esto ya es demasiado, papá desde que mamá murió lo único que hemos hecho
es mudarnos de ciudad en ciudad, puedo soportar mudarme de una ciudad pero ¿de
un país? Es que si fuera en el mismo continente no diría nada, ¿papá porque nos
tuvimos que mudar tan lejos de mis abuela, de mis tíos, de mis amigos? ¿Por qué
simplemente no nos quedamos en un solo lugar por una sola vez?
-Suficiente jovencita, no soportare que me hables
en ese tono y menos que me faltes el respeto, una palabra más y estarás
castigada.
-¿Con que me castigaras? Amigos no tengo, ni
siquiera tengo planes para salir.
-Escúchame bien, por el resto de esta semana te irás
a la cama sin cenar y tu mesada estará cancelada por un mes. No quería castigarte,
Haley si tu comportamiento sigue así no tendré más opción que llevarte a un
internado, el mas estricto si es necesario.
-Entonces envíame a un internado ¡¡no quiero verte
nunca más!!
Y cerré la puerta, me acosté en mi cama e intente
conciliar el sueño. No he podido dormir, no es ni siquiera media noche y ciento
que la noche ha sido demasiado larga. Me siento mal por haberle gritado así a
mi padre, pero es que la verdad ya no podía seguir soportando todo eso, se que él
hace lo que hace porque me quiere y que jamás haría algo que me perjudicaría,
pero aun así nada de esto me parece justo. Quise seguir en el vano intento de
dormir cuando de repente escuche un ruido en mi habitación.
-¿Quién está ahí?
-Hola Haley-Dijo alguien.
-¿Quién eres tú?
-¿No me recuerdas?
-Ahhhh ¿Debería?
-Wow tan pronto me conoces y me olvidas.
-Oh! Eres tu el chico de la cafetería.
-Tengo nombre ¿recuerdas?
-Ah sí….Ahhhh….
-Robert.
-Si Robert…Espera, ¿Qué haces en mi habitación? ¡¡¡Papá!!!
-No te escucha.
-¡¿Qué?! ¿Cómo que no me escucha?,¿no nos escucha
que le hiciste? ¡contesta!
-Nada solo… Lo hice desaparecer.
-¿Desaparecer? Ahora si estas en problemas.
Para cuando iba a atacarlo él se desvaneció en el
aire y termine cayendo en el piso causando un fuerte golpe en mi cabeza.
-Huy eso estuvo cerca… ¿Oye que tienes?
-Como que qué tengo, por tu culpa me golpee la
cabeza.
-Espera, espera no fue mi culpa, tu ibas a
golpearme yo simplemente evite el golpe y por tu propia violencia terminaste golpeándote
tu cabeza.
-Ahh!! Me sacas de quicio dime ¡¿qué hiciste con
mi padre?! ¡¡Auch!!-Dirigí mi mano hacia mi frente y cuando la vi estaba llena
de sangre.
-Espera voy a sanarte.
-No no no, no me toques-Dirigió su mano hacia mi
cabeza y entonces, el dolor había pasado-¿Qué eres tú?
-Bueno digamos que soy tu…Guardián.
-¿¿Guardián??